viernes, 19 de septiembre de 2008

La bestia


Esta oscuro y nada ilumina,
sin embargo lo pude sentir,
una bestia entro aquí,
creo que se instaló
y hasta se acurrucó
mas nunca se durmió
Estuvo de aquí para allá
de allá para acá
En un santo cielo al revés
en un cuarto infierno
Indecisa bestia,
que sólo deambuló
y de un zarpazo aquellos muros arruinó,
Caja toráxica abierta a su gusto
y sin ninguna razón.
Sólo come lo que encuentra dentro
puedo ver sus ojos
y puedo oler su aliento.
aliento sangriento.
Gozando de una operación abierta
sobre un expuesto corazón
costillas rotas, nervios colgados,
sangre sin coagular formando manchas en sus patas
se ha comido todas las ratas,
ha dejado huellas ingratas
arrasó con todo
pisó y todo murió,
gran festín se dió.
Siento sus pasos
me amenazan,
su aroma está ahí
Muerte, manchas,
paredes grises de un tórax muerto,
Un recuerdo de la bestia
esta en un rincón
de cualquier corazón.

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