viernes, 13 de junio de 2008

Consecuencia

-Esto me confirma todo! - gritó ella con mucha frustración y lágrimas en los ojos.
-Amor, yo no he hecho nada!- le dijo él, muy sorprendido- no pienses mal, por favor.
-Ah no?. Dime entonces qué significa esta mancha acá!-ella movía acusadoramente el pañuelo, y lo señalaba, meneándolo con un sentimiento de victoria; aquélla que por fin le confirmaba sus sospechas.
-Vienes oliendo a perfume, borracho y sin dinero; dónde te metiste?, me estas engañando?-preguntó ella, con severidad y mucha fiereza en el rostro- ¿quién es?, ¿la conozco?- ella tenía miedo, terror de escuchar una respuesta.
-No, no es nada. No te estoy engañando amor- aseveró él, con mirada fija y somnolienta.
-En esta relación cada vez voy perdiendo la confianza en ti; sea lo que sea, cualquier cosa que me digas, no te creeré- ella siente una herida abierta que vuelve a sangrar, la confianza perdida, todo ese dolor que aún no había cauterizado, todo; ya no había remedio, la confianza se ha ido y las contínuas heridas en el futuro fortalecerán su amor propio, tal vez.
-Y tu no recuerdas cuando en tu casa, aquellos primeros meses que salíamos, ¿recuerdas?, aquél flaco, el de casaca jean que te dijo que participaba en una mierda de budistas y que se iba a la India a buscarse a sí mismo, y que me dijiste que te caía bien. No me digas que no lo recuerdas! - él ahora quería defenderse como podía, la borrachera estaba pasando poco a poco - te sentaste junto a él, conversaron y tú le sonreías a cada rato..agh! hacías todo lo que él te pedía! puta de mierda!, me daban ganas de sacarle la mierda a patadas a ese huevón.
- Era un invitado de mi cumpleaños!, eres un estúpido!
- Felizmente yo estaba ahí en la mesa, conversando con mi otro amigo mientras tú le sonreías, trayéndole todo lo que te pedía. La estúpida eres tú al creerte ese floro para atraer taradas - él sabía que sus corazones no eran iguales, se querían, pero había muchos años y experiencia entre ellos, él sabía además que su corazón estaba duro, se cuidaba, ya no caería más.
-No, esa fue otra situación, yo no buscaba nada, solo quería conversar con él - rebatió ella.
-Ahora sé por qué existe la violencia contra la mujer - Le dijo él . A estas alturas había mucha confusión en su cabeza- no quería hablar más, sólo olvidar, olvidar.
-Putamadre, no te duermas cuando te hablo! escuchame huevón! - le increpó sorprendida - Ya no me quieres, ¿es verdad?, sólo dímelo.
-Si te quiero.
-¿Me amas?.
-También amor.
-Entonces, ¿por qué lo hiciste?
-¿Hacer qué!?, carajo!, no me jodas con eso de nuevo. Ya te dije que me perdones si te hice algo que te ha hecho sentir mal - respiró profundo, preparándose para decir algo de un solo tirón - esta bien, lo acepto, fuí con los chicos a un bar, conocí a una mujer de esas que quieren tomar contigo para que consumas. Me arrepiento. Perdóname.
-¿Por qué lo hiciste?, ¿me engañaste?
Durante un rato no se oía nada. Después, sí: los sollozos de ella, y el pañuelo hundido en la palma de su mano. Ella lo amaba tanto.
-Perdóname, ¿me vas a dejar?
-Yo te quiero. Te amo demasiado.
-Si lo sé.
-Te quiero, ¿por qué haces estas cosas?
El sintió que algo se rompió y que de ahí en adelante nada sería igual. No hay confianza, no habrá felicidad, él escuchó decir que los celos matan y él no quiere vivir una vida que lo mate lentamente. Si dice si, no será feliz; si dice no, tampoco. Se abrazan, se miran, se besan. Pero ya no es lo mismo. Sus sonrisas se van cerrando poco a poco, con cada pérdida de confianza. No es una forma de vivir saludable.
- Creo que debemos dejarlo acá - le dijo él , convencido de que se ha perdido algo importante, y lo sabe , porque ya lo ha vivido nueve veces anteriormente - lo aman, pero él no se sentía merecedor de tanto amor.
Se miran de nuevo, hay silencio, el pavimento esta mojado. Ella corre. Momento de inestabilidad. Autos noventa kilómetros por hora, vía rápida, dos metros de distancia, velocidad, masa por aceleración, consecuencia, carretera, peligro, grito, cuerpo, auto, choque, lanzamiento, pañuelo mojado, segundos, silencio.
Perdóname por quererte.

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