sábado, 5 de diciembre de 2009

El asalto: "estos libros me pueden salvar..."

Hace unas semanas fui asaltado por unos ladrones en motocicleta. Dos sujetos iban sobre una de esas máquinas mientras que otro estaba en la suya de campana. Estaba con la marmota y como siempre acostumbro a mirar por todos lados por si las dudas (para prevenir asaltos y/o robos al paso) yo le decía a la marmotita que por favor se hiciera a un lado, siguiera caminando, parara un bus o corriera cuando yo le avisara; sin embargo ella no comprendió mis códigos de alerta "antichoros". En fín, pasó un motociclista y nos miró como se dice "conchudamente", fue esa "conchudez" al mirarnos lo que hizo que yo ya desconfiara de sus intenciones y además por la situación de la calle donde nos encontrábamos, es decir, sin ninguna persona transitando por ahí, aún siendo las 8 p.m. y a pesar que la calle estaba totalmente iluminada (Sin embargo, ahora comprenderán por qué estaba tan vacía esta calle).
El sujeto en la motocicleta Yamaha: alto, delgado, unos 30 años a más, con casaca de cuero negra y casco de protección redondo de color negro y con una mochila pequeña en la espalda volvió a pasar y volvió a mirarnos. Se paró en seco en la berma central de la avenida de dos sentidos y se puso a observarnos. Yo ya pensaba: "Nos jodimos". En efecto, otra motocicleta Yamaha con dos sujetos encima de ella y casi con la misma vestimenta. La moto empezó a dar dos vueltas como dudando, yo los miré y le dije a la marmota que corra: "Corre!". Ella felizmente reaccionó.
El sujeto sentado detrás de la moto saltó y vino hacia mi con un arma apuntando al piso. Me la mostró, esa era su intención: mostrarme que tenía un arma en sus manos. En ese momento abrí mi mochila y le enseñé que no tenía ninguna cosa de valor dentro de ella, la abrí se la mostré y sin embargo el terco de mierda quería quedarse con mi mochila.
El delincuente con el cual yo forcejeaba medía entre 1.65 mt a 1.70 mt de altura y tenía rasgos achinados, piel muy meztiza y brillante, asimismo, tenía el cabello lacio y muy corto (lo que me hizo pensar que posiblemente pertenezca a alguna de las Fuerzas Armadas, policía o sea un ladrón salido de Lurigancho que se cortó el cabello recientemente) por lo poco que pude notar era "trinchudo". El asunto es que el chato intentó quitarme mi mochila (sin nada de valor adentro) parecía coleccionista de mochilas porque ví que tenía muchas en su moto y en su espalda y en la de su compañero ratero que lo estaba esperando..ni hablar del otro, que era el "premiado" de las mochilas.
En fin, todos teníamos mochilas en este "encuentro"..era la fiesta de las mochilas (robadas y propias) todos podían participar, pero nadie ayudaba (quién se va a animar a ayudarte en este país, minimo llamar a emergencias de la policía ¿no?, pero nada) mientras que el otro ratero que dejó bajar al que me estaba robando empezó a perseguir a la marmota que corría desesperadamente hacia la dirección a la cual la había empujado. Así, el "ladrón huevón" iba persiguiendo a la marmota y logró agarrar un asa de su "llamativa carterota" (chicas, no utilicen bolsos grandes, brillantes y llamativos), ella en gran reacción se frenó y jaló el bolso para si misma y se protegió. El "ladrón huevón" creyendo que tenía la cartera se fue una cuadra hacia adelante a 50 Km/h osea aceleradito (osea nervioso, mejor dicho no se había metido su porquería, o tal vez si o era su primera vez..no lo sé).
En fin, el "ladrón huevón" sólo se llevó un asa de la cartera, íba a contraaatacar y un automóvil paró, ella metió su bolso dentro del auto y pidió auxilio. Había cuatro militares que le iban a sacar su mierda al "ladrón huevón" si se acercaba a la marmota. Gracias a Dios.
Mientras tanto, regresando a mi, el "ladrón Larry" (porque, junto con sus dos compinches, parecía un atraco perpetrado por "los tres chiflados") seguía forcejeando conmigo. Yo lo agarré por la espalda y lo jalé hacia arriba y atrás por la pequeña asa superior de su mochila y ésta al abrirse dejó volar papeles variados. Él se movió hacia atrás, la adrenalina fluía y mi corazón latía muy rápido, rapidísimo. El peligro estaba por todo mi cuerpo. Sudaba, forcejeaba y no sé cómo le gané en fuerza al "ladrón Larry" sentí como si hubiera tomado mi "jugo de Gummyballas", me sentí poderoso y desafiante, no sé por qué pero me pareció que el arma era disuasiva no ofensiva , osea falsa, lo intuí, me la jugué y desafiante lo enfrenté. Al tener mayor fuerza que el "ladrón Larry" volvió a atacarme pero esta vez me golpeó con la cacha de la pistola en la sién. No sentí nada. Una de dos: La adrenalina, o es que esa arma era de juguete o falsa. No me dolió, y mas bien empecé a gritar como un gorila como si mi vida corriera peligro de verdad..ahora si. El "Ladrón huevón" regresó y se puso a observar a su "amiguito de juegos" cómo no podía conmigo. Bah! al final no pudo tirarme al piso, entonces lleno de cobardía e impotencia me apuntó con el arma a dos metros de distancia.
Me asusté y yo ya me hacía en una camilla rumbo a la sala de emergencias del Casimiro Ulloa. No pasó mi vida por mi mente en ningún segundo. Pensé que tenia que luchar por mi vida o protegerme como sea: "Tengo seis libros de la biblioteca dentro de esta mochila....recordé mis clases de economía con cada libro (el binomio Precio-Valor), presentía un futuro paralelo donde yo aún seguía vivo, escuché los gritos de la marmota, sentí que mi codo estaba a punto de romper la ventana de una tienda. "Arma un escándalo..no seas huevón..trabájalos..asustalos, desconciertalos, atrásalos...haz lo que ellos menos esperan". Mi codo golpeó la ventana y un gran ruido hizo salir a la mayoría de vecinos de la calle. Buses, autos, combis, curiosos..todos observando el posible acribillamiento a sangre fría de una víctima atrevida cuyo nombre saldría en los periódicos con un titular de jerga propia de los "conos" de la capital: "Si pe'...rompí la luna, grité por mi vida, armé EL escándalo de la noche y me dispararon..".
Y los "tres chiflados" (El "Cabezón Curly", el "Ladrón Larry" y el "Ladrón Huevón") viendo que transcurrían más de 3 minutos de fútil "Ilicitum Laborum" con mucha gente mirando el gran show que armaron y notando que las placas de sus motocicletas podían ser fácilmente identificables, atinaron a retirarse. Molestos, enojados, cagados de miedo y tan o más nerviosos que yo. No ví la película de mi vida (ni espero verla en muchísimo tiempo), tampoco pasó una sombra por mis ojos, solo pensé a futuro: ¿habrá posibilidad?. Cogí mi mochila y la coloqué a la altura de mi torso para ver si los 6 libros de la biblioteca, que olvidé devolver ese día, por lo menos acolchonaban el impacto de algún misil balístico dirigido contra mi abdomen, mi corazón o mis pulmones. Qué rapidéz, que cojones, que estupidéz. Me la jugué. Dispara mierda!! Ahhhhh!!!. El ratero luego de apuntarme pensó que yo, amedrentado, le iba a arrojar mi mochila pero ni eso hice, no me moví, estaba sin mayor reacción, sólo pensaba en romper el vidrio de la tienda ubicada detrás mio y lo hice. Me emocioné, salió una familia, la familia nos ayudó, los delincuentes se habían retirado ("los tres chiflados" se fueron). Cerca de 3 minutos de forcejeo en vano, dejaron sus consecuencias: una sién hinchada, mucho sudor y la pérdida de mi botella de agua (ya vacía desde la tarde). Hojas desparramadas por toda la pista y la acera. El señor me dijo que recoja mis apuntes; fui a ver mis apuntes, pero "oh, gran sorpresa!" eran de otro desafortunado alumno de la decana de america y otra de un estudiante de la universidad Garcilaso.
-Aguita señor, para ambos por favor.
-Julia! trae un vaso con agua! ..Aquí tienes...
-Gracias.
-Estan adentro aún...se fueron por ahí..están adentro todavía.
-Llamen a la policía por favor.
-"Ahí viene una unidad de serenazgo" (Nissan Sentra Plomo..sereno manejando y compañero durmiendo en el asiento posterior)
-Serenazgo! (y sus luces brillantes, pomposas, imagen azul, pura imagen)
-Me han golpeado y amenazado con un arma de fuego.
-¿Le robaron algo?
-No (hubiera dicho: "Sí señor, me han robado cinco mil dólares y un iphone")
-¿Por dónde se fueron?
-Por allá (señalando Lima)
-"Lo siento, no puedo ir por ahí, NO ES MI JURISDICCIÓN".
-"Pero ¿existe el plan telaraña, no?
-"llame al 105 ahora"
-"ya"
-"No! ahorita! hágalo ahora! en mi presencia!"
-"ya, ya"
-"Haz algo!"
-"HUEVON DE MIERDA! MUEVETE! HAZ ALGO!"
-"Estas grabado huevón!"
La unidad se retira al saber que lo iba a grabar con la cámara de mi teléfono celular (el cual tampoco me robaron). Seguramente, fue a cobrar su parte del "botín" de la noche. No hizo nada, no llamó a unidad de policía alguna, no llamó al 105, no utilizó el "plan telaraña", se hizo de la vista gorda. Simple análisis Costo-Beneficio.
Agua, hinchazón en la sién. No hay hielo (ni lo habría en la universidad). Mi novia llorando asustada con un vaso de agua en sus manos temblorosas. Tristeza, desesperación, impotencia y ganas de sacar alguna regla eficaz para evitar los asaltos al paso en motocicleta.
La universidad humanista donde las pensiones son mas caras que lo que gana un obrero, no tenía hielo, no tenía pastillas, no tenía nada...solo agua, helada o tibia, nada más.
Al día siguiente asaltaban a un taxista en la Av. Bolivar. Me dí cuenta en la combi, lo señalé, la gente no hizo nada. Fuí hacia una policía de tránsito:
-Yo: "¿Quiero denunciar el asalto de un taxi hace 10 minutos"
-Mujer policía: "¿Que placa tenia el vehiculo?"
-Yo: "No la vi bien, pero era un toyota corolla azul que iba con dirección al distrito de Magdalena, a la altura de la sexta cuadra de la Bolivar (7 esquinas)".
-Mujer Policía: "necesito la placa"
-Yo: "no la pude ver, pero avise pues! ese pobre taxista ahorita esta siendo asaltado"
-Mujer policía: "Ay que pena"
¿Es esa una respuesta rápida de seguridad ciudadana?
"No es mi jurisdicción, ahorita llamo ¿ya?"
"Ay que pena!"
TODOS LOS MOTOCICLISTAS DE LIMA DEBERÍAN UTILIZAR UN CHALECO Y UN CASCO CON EL NÚMERO DE PLACA IMPRESO EN ELLAS, PARA UNA MEJOR IDENTIFICACIÓN. MOTOCICLISTA QUE NO SE IDENTIFICA...SOSPECHOSO DE SER LADRÓN O SER "LADRÓN HUEVÓN".
Fue un asalto digno de Charlie Chaplin, Buster Keaton, Groucho Marx, "la Banda del Choclito", "Los Tres Chiflados" o Jim Carrey en el más estúpido y milagroso (para mi) asalto del que fui testigo de primera línea.
Tuvimos mucha suerte ese día.

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